martes, 17 de abril de 2012

Xavier y Susanna Permanyer con Montesa Impala 3er. Puesto en el Rally Costa Brava Històric 2012

Ya hace tiempo que Susanna aparece habitualmente por las reuniones del motoclub y que se involucra en todo lo que por allí se "cuece". Y hace tiempo también que junto a su hermano Xavier decidieron probar en ésto de los Rallys de regularidad. Con sus Montesa Impala, como no !, y siguiendo los pasos de su padre, F.Xavier Permanyer y su tío, Jordi Permanyer que en la modalidad de los Rallys también hicieron sus "pinitos" en los años 60.
Los nietos de Don Pere Permanyer, poco a poco han ido tomándole el pulso a ésta difícil especialidad participando en diferentes pruebas como El Rally dels Volcans o el Rally d'Hivern. El pasado Domingo se subieron al 3er peldaño del podio en el más duro y complicado de los Rallys.

Foto: Rallyclassics


A continuación su crónica particular. Enhorabuena Campeones !



Xavier Permanyer

Desde que empezamos en el mundo de los rallys de regularidad, sabíamos con Susanna que el rally Costa Brava era nuestro gran objetivo: el más largo, duro y difícil de los que se hacen en Catalunya. Así que después de hacer varias pruebas de un día, de ponernos a prueba en el Rally d’hivern y de mejorar la preparación de las nuestras impalas decidimos que este era nuestro año de debut.

Jueves 12 es el primer día. Salimos a las ocho de la tarde, así que la mayoría de los tramos se hacen por la noche. La noche es nuestro punto más débil, las luces que montamos nunca son suficientes y en los tramos nocturnos siempre nos cuesta lograr el horario establecido. Pero vamos superando los tramos, a pesar de la lluvia y la niebla que hacen acto de presencia. Al final conseguimos el objetivo: llegar al último tramo dentro de nuestro horario! Lástima que Susanna se queda sin gasolina en medio de la autopista, nos ha faltado sólo medio litro! A pesar de que al final nos metemos en la cama casi a las cuatro y estamos destrozados, las sensaciones a lo largo del día han sido buenas. Nuestras impalas también han sufrido la primera etapa del rally: yo me he quedado sin la pantalla del carenado, sin freno delantero y una de las luces no me va. Susanna ha tenido más suerte, a pesar de que una de las luces parece una discoteca de las destellos que le hace.

Viernes 13 vamos aguantando bien. Llegamos a los tramos bien de tiempos, no tenemos errores graves de navegación y vamos remontando a la clasificación. La lluvia sólo aparece durante unos minutos y superamos todas las dificultades que se nos presentan satisfactoriamente. Hasta que llegamos al tramo de Sau: los dos sabemos que debido a la complejidad del tramo, a las dificultades de navegación que representa, a lo técnica que es la conducción, a que es un tramo nocturno y que nuestras luces no van y sobre todo a que la media para realizarlo es muy alta y el tiempo muy escaso, que este es nuestro “tourmalet” particular, la etapa reina. Le tenemos que sumar que, por una situación ajena a la organización, los últimos tramos se han retrasado una hora. No cumplir el tramo supone salir detrás del último coche, ir a dormir mucho más tarde después de un día muy cansado y de haber dormido muy poco la noche anterior y, en general, un golpe fuerte a nuestra moral. Como postre en Rupit hace un frío que pela, así que todo ello hace que estemos los dos un poco nerviosos: sabemos qué nos jugamos mucho!
Empezamos el tramo, la concentración es máxima, la navegación es complicada y un error puede ser letal. Llegamos al primer cruce difícil y vemos al equipo que ha salido antes parado y dudando sobre la dirección a seguir. Nosotros lo tenemos claro así que nos tiramos hacia el camino. Ellos nos avanzan. Son más experimentados que nosotros, van con dos Bmw mucho más potentes que nuestras Impalas, y sus faros iluminan perfectamente el camino. Sabemos que esta oportunidad no la podemos dejar perder, así que nos ponemos detrás suyo veloces entre los árboles de Les Guilleries, esquivando piedras, baches y charcos de agua… enganchados a su rueda. Nunca habíamos ido tan rápido por la noche!. Cruzamos el pantano, sabemos que la media es buena pero no podemos decaer. La navegación se complica, en las viñetas del roadbook no salen las distancias, es hora de hacer los cálculos de cabeza para saber hacia donde nos tenemos que desviar. Las Bmw equivocan el camino pero nosotros cogemos la dirección correcta. Los últimos kilómetros del tramo se hacen interminables, el tiempo pasa rápidamente y la salida del próximo tramo no llega nunca! Pero sabemos que lo hemos conseguido, hemos sabido aprovechar nuestra oportunidad! Al final llegamos dos minutos antes de la próxima salida.
Los próximos tramos también son muy rápidos, pero tenemos la moral por las nubes y hoy ya no hay quién nos pare!

Foto: Oriol Coromina

 
El sábado 14 empezamos estresados: desyunar rápido para coger energías, poner gasolina a la moto, preparar el roadbook, repasar la moto... suerte que están los del Motoclub Impala que nos ayudan y nos animan. Los tramos de la mañana los hacemos bien y poco a poco seguimos escalando posiciones. 
Hasta que llegamos a Sant Joan de les Abadesses. En ese punto se pone a nevar y luego a llover durante mucho rato. Tenemos claro, igual que el día anterior, que llegar tarde a un control supone perder nuestra posición de salida y nos veríamos obligados a salir detrás del último coche. No queremos esperar una hora bajo la lluvia ni tener que hacer más tramos nocturnos, así que nos esforzamos al máximo y poco a poco conseguimos superar todos los tramos dentro del horario establecido. Hasta llegar al tramo de Vidrà. El número 28, que se enfila por la montaña con unas rampas que con la Impala  hay que hacer en primera y con todo absolutamente nevado. El paraje es impresionante pero la dificultad del tramo hace que lleguemos a la hora de cenar un par de minutos antes de nuestra hora de salida. Así que, ahora que el final ya se acerca, decidimos parar, descansar, cenar de lo lindo, calentarnos un poquito y poner a punto las motos (a mí no me va ninguno de las dos luces auxiliares y el roadbook se me ha roto por la mitad debido a la lluvia). Salimos después del último coche con Oriol Nubiola y  Víctor Gallart. Pero sabemos que los tramos que quedan son asequibles, la temperatura es buena y las carreteras ideales para disfrutar de la Impala: hemos acabado nuestro primero Costa Brava!


 
Susanna Permanyer


La primera etapa del Rally tenía que ser la más tranquila de todas, menos kilómetros, carreteras más abiertas, roadbook sin demasiadas trampas, … pero no hay nada como tener ganas de complicarse la vida !.

Antes del tramo de Gallifa, la Impala mal aparcada de mi hermano cayó sobre la mía. Él rompió la pantalla del carenado (que más adelante echó mucho en falta) y yo perdí un poco de gasolina. La lluvia hizo acto de presencia, hecho que ralentizó nuestro ritmo y nos hizo tomar la decisión de “tirar millas” hasta terminar el último tramo de regularidad, puesto que si parábamos a poner gasolina no llegábamos a los controles horarios. Calculamos los km que habíamos hecho y los que nos quedaban, y teníamos que llegar hasta el final del tramo de Cladellons (último tramo de regularidad). Así fue, llegamos a tiempo (por los pelos) a todos los controles horarios, y a medio tramo de Cladellons mi hermano tocó un arcén de la carretera, y se le quedó clavado el freno delantero !...en muy mal sitio, por cierto, donde cualquier coche podía hacer un recto con nosotros como diana. Vistas nuestras limitaciones mecánicas, decidimos anular el freno delantero y continuar. Conseguimos acabar el tramo y ya sólo quedaba encontrar una gasolinera y llegar a Lloret. Nuestro roadbook sólo funciona hacia delante sin posibilidad de vuelta atrás, así que no podíamos mirar cuando quedaba para encontrar una gasolinera (habíamos pedido a la organización un roadbook en formado libro pero nos lo denegaron).

Foto: Oriol Coromina


Después nos incorporamos a  l’Eix Transversal hasta el final (unos 25 km, sabiendo que no había gasolineras) y empalmamos con la autopista. Aquí es donde mi Impala dijo basta (seguramente la pérdida de gasolina que había sufrido antes ayudó)… “mala pata”, pensé, ahora sólo quedaba confiar en que mi hermano sí que llegara a alguna gasolinera y me pudiera traer combustible. A 4 km de donde me había quedado tirada parece ser que había una pero estaba cerrada, y 6 km más adelante ya encontró una abierta. O sea, que yo me había quedado sólo a 10 km,. Maldito medio litro!

Al final llegamos a Lloret una hora más tarde de lo previsto, sobre las 4, y pusimos el despertador a las 08:30 porque a las 09:00 habíamos quedado con Jordi Martí y Xavi Tibau en el taller de Xavi para arreglar lo del freno de la moto de mi hermano… La cosa empezaba dura, pero sabíamos que esto era muy largo y cosas mejores estaban para venir!


2 comentarios:

  1. Gràcies Jaume!
    Un plaer que ens dediquis aquesta entrada!

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  2. ¡Felicidades! Y gracias por el relato. Muy bien redactado por cierto.

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