Ayer fué un día triste, muy triste. Durante todo el día estuve recordando historias y anécdotas de Oriol Regàs y tenía ganas de escribir y compartirlas con todos los que le admirábamos como piloto, como aventurero, o como muchísimas otras cosas de las que hizo durante su intensa vida, pero después de leer el recordatorio que ha escrito Santi Ruiz en la web del Motoclub Impala he preferido seguir recordando...
Oriol Regàs - Por Santi Ruiz
Todos los que rodamos con Impala, todos los que sentimos el aire en la cara haciendo curvas por las carreteras y hemos pasado frío sobre la moto pilotando de noche, todos hemos perdido un modelo, el más valiente de todos!
Muchos lo tenemos presente bajando la bandera de cuadros en la última Impalada, posiblemente su último contacto motorista demostrándonos la fidelidad que mantuvo toda la vida por sus motivaciones auténticas de juventud: la moto, la Impala y sus compañeros de aventuras.
Acercarse al Motoclub Impala era homenajear a sus amigos de entonces y de siempre y no tenía un no para Xavi, hijo del "Pano", que como él era un FOPI. En lenguaje motorista esto es sinónimo de deportividad en su valor más puro. Competir como reto personal con los que se convierten en tus compañeros. Significa también estilo, ya que todos –Eduardo Werring, José M ª Arenas, Piti Millet, Rafa Marsans, Moragas, Jordi Sirera, Ernesto Millet "Foca" y Joaquin Sagnier "Pingüino"– eran jóvenes formados con una educación cercana al carpe diem y a fabricar aventuras de la nada. El amateurismo desde una agencia multimarca, aprovechando para demostrar la afición a vivir, a sacar partido de su juventud y de las motos.
El Oriol próximo de los últimos años era intimista, celoso de su espacio, hablaba flojo con unos ojos seductores y traviesos, preocupados porque iban más rápidos que la memoria.
Muchos lo tenemos presente bajando la bandera de cuadros en la última Impalada, posiblemente su último contacto motorista demostrándonos la fidelidad que mantuvo toda la vida por sus motivaciones auténticas de juventud: la moto, la Impala y sus compañeros de aventuras.
Acercarse al Motoclub Impala era homenajear a sus amigos de entonces y de siempre y no tenía un no para Xavi, hijo del "Pano", que como él era un FOPI. En lenguaje motorista esto es sinónimo de deportividad en su valor más puro. Competir como reto personal con los que se convierten en tus compañeros. Significa también estilo, ya que todos –Eduardo Werring, José M ª Arenas, Piti Millet, Rafa Marsans, Moragas, Jordi Sirera, Ernesto Millet "Foca" y Joaquin Sagnier "Pingüino"– eran jóvenes formados con una educación cercana al carpe diem y a fabricar aventuras de la nada. El amateurismo desde una agencia multimarca, aprovechando para demostrar la afición a vivir, a sacar partido de su juventud y de las motos.
El Oriol próximo de los últimos años era intimista, celoso de su espacio, hablaba flojo con unos ojos seductores y traviesos, preocupados porque iban más rápidos que la memoria.
Como en aquel legendario Rally de La Vall d´Aran en que sólo terminó él, en este último tramo ha ido por delante. Con grava, niebla, hielo, frío y nieve, no lo atrapa nadie. Sólo él pilotó por ser el más valiente!
Santi Ruiz - Motoclub Impala
Un vida plena como pocas. Con personas así, uno tiene la sensación de aprovechar poco el precioso y escaso tiempo que se nos concede.
ResponderEliminarEstuve un tiempo trabajando en un bar de copas de Madrid llamado Pandau y que tomaba su nombre de su mítico "Up & Down". Una anécdota tonta pero que me apetecía comentar.
Un abrazo a su familia.
Descanse en paz. Un montesista ilustre al que nunca podré conocer. Está claro que hay que ir a la Impalada algún día.
ResponderEliminarCarpe diem.
:-(